Estoy seguro de que
últimamente Vds han estado siguiendo, por bombardeo de saturación de los medios
de comunicación, la
operación de cadera del rey y
todo el apoyo brindado por los dos grandes partidos, a la vez que los otros más
minoritarios le deseaban la recuperación para la abdicación más cercana.
Algo de esto ya comenté en las dos
entradas dedicadas a este maravilloso País
de Pandereta I y País
de Pandereta II. Y creo, como siempre, que algo tiene de relación con la coherencia
de la educación... Pero voy al grano.
Retomando aquello que dije en esas
entradas, he de decir que la monarquía en España, ha sido una especie de cáncer
que por el gusto a la sarna España ha echado tres veces y tantas otras ha
vuelto. Los tan adorados Reyes Católicos pusieron en Castilla corregidores
porque los regidores (alcaldes) igual por las leyes de Castilla no hacían lo
que Sus Majestades deseaban con respecto al control de la Cortes. Su política
matrimonial nos condujo a ponernos en la vanguardia política Europea en
escasamente menos de medio siglo, y si me apuran, menos de cuarto de siglo.
El destino se cebó con ellos, hijos
muertos y nietos que iban a heredar toda la península, fallecidos también... Su
esperanza estaba en una reina que no deseaba gobernar y que dejó a su marido,
venido de Flandes, ambicioso, El Hermoso. El efímero nuevo rey quiso controlar y desviar las
relaciones económicas entre Castilla y Flandes, pero su repentina y presta
muerte hizo que su primogénito Carlos le arrebatase los derechos legales de
su madre y llevar a España (ya con Aragón y Navarra) a la vorágine de los
tiempos, gastando, dilapidando, lo conseguido por las conquistas en América,
todas las riquezas en honor al poder supremo de Europa, al Ego de un Megalómano
llamado humanista o erasmista, siendo no más que un vividor a cuenta del erario
público mientras sus hombres morían en luchas interminables.
Dicen que los hijos y los padres se
parecen, también en el caso de Felipe II, el
gran rey, aquel que la leyenda negra no ha sido tan justa, pero que también
dilapidó fortunas, hombres y recursos en pos de un ideal fanático roto desde
tiempos de su padre y que él no se dio cuenta y como ciego dio palos sin saber
cual era la espinilla que destrozaba.
Los nietos del Kaiser fueron sin duda una
mezcla entre el refinado
pacifismo y la real crueldad de
la no renovación genética. Sea como fuere, es en ese momento, donde los
reyes de España ven florecer el genio del pueblo al que continuaban
exprimiendo, en la medida de las posibilidades económicas, para construir
palacios donde retirarse de la ajetreada vida barroca de suntuosas fiestas
pagadas por el hombre de la calle y para conseguir subsidios y dineros para los
nobles. Estos nobles subvencionados es lo que es España, un país donde el que
te dice que hagas algo esta haciendo lo contrario y escondiendo la mano. Otra
guerra más, la de los Treinta Años, dio la puntilla a una Casa de Austria
derrochadora y que sumió al país en el caos económico y social.
La nueva dinastía que se avecinaba llegaba
con la Aureola
de una renovación... pero ¿Cómo empezó a gobernar esa dinastía? A
base de sangre y fuego, a
base de retirar derechos y por lo inescrutable de la vida, ganó un reino y un
imperio en Ultramar. Ese reino y ese imperio estaban al borde del colapso, su
política acertada tenía el propósito de dar a la nueva dinastía y a la dinastía
familiar más territorios, más reinos, más poder porque los hombres son
insaciables y porque los reinos son la hucha de donde sacar el dinero y los
hombres para bañar en sangre los campos. Pero eso sí, con el resplandor de su
abuelo y de la familia del otro lado de los Pirineos se construyeron hermosos
palacios pagados por el pechero.
Otros dinastas vieron la necesidad de cambiar, pero
Madrid, mientras combatían en guerras al otro lado del mundo y nos dejaban para
la posteridad el Prado, como edificio, y el Jardín Botánico. Loable sea el que
deja arte y ciencia. En las cercanías de abandonar este mundo sus hermanos de
Versalles, uno de nuestros
reyes en su pobre ingenio se
le ocurrió cerrar el país a cal y canto (con la ayuda de la Inquisición , heredada
de los Reyes Católicos y que el erasmista Carlos no vio en la necesidad de eliminar
porque iban a proporcionar a su hijo remeros) para evitar la ola de Luz que
en Europa se cernía y que
acabó con la serpiente atacando su cabeza. Es verdad que esa ola pronto se tiñó
de sangre, y que de ella habrán otras sangrientas ondas, pero la idea de
Igualdad, Libertad y Fraternidad ha guiado a Occidente desde entonces (bien es
verdad que últimamente tengo dudas de a dónde va).
Superviviente del naufragio absolutista,
un férreo Fernando VII dictó durante cerca de veinte años lo
que debía ser España, un país sumido en el caos, en la ruina y en el
desastre de ver como al otro lado del Atlántico, aquellos pueblos que había
dominado veían la Luz
que el "Deseado" había apagado en sangre. El trono que legalmente le
correspondía a su hija iba a costar una guerra contra la horma del zapato de su padre.
Pero tras ganar, tras el caos y tras intentar llegar a igualarse con Europa en
lo económico, esta reina reinó para sus afiliados y amigos,
proporcionó subvenciones a los amigos de sus amantes (y muchos eran estos,
imaginen los primeros) y a esta reina tan disoluta en sus formas se le dio una
patada y se la largó a París donde murió viendo como su hijo, Alfonso XII, volvía de la mano de Antonio Cánovas
del Castillo.
Su temprana muerte dio a España la mejor de las reinas, callada y sin
favoritismos, en un sistema corrupto y mentiroso donde se perdió lo poco que
quedaba de honra. Sin embargo, esa madre parió a un hijo cuyo único acto noble fue admitir la
derrota y no anticipar una guerra que ya se esperaba.
Tras cuarenta años de dictadura y unos
cuantos a su sombra este multioperado rey que hoy está trajo la democracia y con él, el
recuerdo de lo que es un Borbón. Oscuros negocios, palabras vacuas y la
seguridad de continuar con el expolio que él, los suyos y los Austrias han
hecho de este país.
Y ahora, después de revisar a groso modo y
por supuesto con tintes negativos (que siempre interesan al que escribe) la
historia de las dinastías españolas me pregunto... ¿No es el PSOE un partido socialista y
por lo tanto DOGMÁTICAMENTE en contra de aquellas formas que no guarden la
igualdad entre todos? Entonces... ¿por qué ese apego a una monarquía que
siempre ha querido ser más que el pueblo y más aún, por qué apoyar una
monarquía sin preguntar al pueblo?. ¿Por qué apoyar a una dinastía que ha
expoliado España?. y más aún, el PP, derecha conservadora.. ¿Por qué apoyar a
una dinastía que ha SUBVENCIONADO LA CORRUPCIÓN , si se está en contra de que el estado
intervenga en demasía en la economía? ¿Por qué apoyar a una monarquía que ha
pecado en 8 de los 7 pecados capitales?.¿Por qué apoyar una monarquía que no representa el ideal de un hombre hecho así mismo y que hace mucho que mató ese ideal?. ¿Por qué apoyar a una monarquía que ha traicionado el Volksgeist tantas y tantas veces?.
Que el PSOE apoye a este rey no tiene
nombre simplemente por sus siglas, y más aún, nada han hecho por evitar que el
rey se enriquezca, pero peor es que la derecha española, en contra de las
subvenciones innecesarias, de los gastos suntuosos y de preservar la honra de la Nación y el hombre hecho a sí mismo , no haya echado a
este sinvergüenza y a toda su familia.
Todo el daño que la monarquía ha hecho a
España, todos los ideales de trabajo e igualdad de los dos partidos
mayoritarios no parece que valgan para echar a los reyes de estas tierras. Ser
monárquico en España es ser anti-español, sino, no me lo explico... Claro que
el PPSOE también están subvencionados y también se intentan mantener
dinásticamente en el poder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario